lunes, 10 de mayo de 2010

Una despedida simple...


Es tan simple, y a la vez tan difícil...
No puedo evitar el dolor de ver mis cosas envueltas en paquetes diseminados por la habitación. Tantos recuerdos, tantas penas y alegrías.
Pero es tiempo, la decisión fue tomada, no hay vuelta atrás. Media hora hasta la estación hacia un destino desconocido.
Cada objeto me toma tiempo, cada recuerdo una vida, pero no hay tiempo de ponerse sentimental, sigo guardando mecánicamente acariciando cada fragmento de mi vida antes de guardarlo. No voy a decir que se siente bien, pero me tranquiliza.
El vuelo es eterno en mi cabeza cuando viajo hacia la estación, horas que se van deshilvanando en mis ojos, meses, años me parecen ver pasar por la ventanilla y sin embargo, llegamos y fueron minutos nada mas. Desearía que ese viaje no hubiese terminado jamas.
Mil aromas, mil imágenes, mil sonidos, mil personas, cada una es una historia con un principio y un final que me son desconocidos pero me atraen irremediablemente.
A unos metros, una chica solloza sentada sobre su bolso, el cabello sobre la cara, los hombros hundidos, la angustia en la garganta. Quien es ella? Porque esta sola en su dolor? Hacia donde va?
En frente mio se sienta un hombre, con toda la heráldica de los negocios, mira su computadora y se sonríe, parece feliz. Prende un cigarrillo a pesar de las señales que gritan el rojo de la prohibición, pero a el no lo afectan, el mundo parece no afectarlo. Mi mundo no tiene poder sobre el.
Un niño pasa corriendo junto a mi asiento, libre, feliz, me mira con luz en los ojos y sigue su camino. Que será de el cuando crezca? A que aspirara? Podrá seguir sonriendo de esa forma en 5 años?
A través del vidrio veo a una pareja despidiéndose, ella esta por subir al tren, el parece dispuesto a no dejarla ir jamas, ella parece luchar a dos frentes: quiere subir al tren pero no quiere dejarlo. Finalmente triunfa el vacío y se separan. El tren se va y el cae de rodillas sollozando. La gente pasa a su lado y lo ignora, sin duda pensando que es una reacción digna de una película, pero no de la vida real.
No puedo evitar consolarlo con la mirada, desde lejos. Se volverán a ver? Serán mas fuertes que aquello que los separa? No puedo evitar esperar que así sea.
Como dije antes, cada cosa, cada persona, es una historia digna de ser contada. Cada momento trae mil sensaciones, mil ideas, mil caminos.
Llega mi tren.
No puedo evitar temblar al verlo, gris gusano de acero frío e indiferente cuero, dispuesto a llevarme pero no a acompañarme en el camino. Prometiendo cuidarme pero no protegerme.
El destino es desconocido, pero me subo y me acomodo en mi asiento. Una mujer se sienta a mi lado, me mira sonriente. Me atrapa con sus ojos un momento pero me desprendo de ellos, casi como un acto reflejo. Tengo que dejar atrás las historias.
Viajas sin equipaje? - me pregunta, entre curiosa y risueña.
No tengo nada que llevar - contesto sin mirarla, falsamente. Me doy vuelta y finjo intentar dormir. Puedo notar su interés en mi desvanecerse de a poco. Mejor así.
Debajo mio, el gusano se apresta a comenzar su viaje, rezongando y rebelándose contra la simetría de las vías que lo retienen. Que bonito final seria ese, pienso, descarrilando antes de llegar a la eterna niebla gris que hay delante nuestro.
La estación comienza a desfilar delante de mis ojos, de a poco me despido de cada una de las personas, los recuerdos, los objetos que han formado parte de mi durante tanto tiempo.
Veo a la chica que llora sola sobre su bolso, al hombre de dinero y poder, a la mitad de una pareja destrozada, me despido de ellos y los voy dejando atrás, en mi mente y en mi corazón.
Por ultimo veo al niño, revisando mi abandonado bolso, lo veo sacar cada uno de los fragmentos de mi vida, con cariño, casi con reverencia y, por ultimo, saca mi bien mas preciado.
Lo toma en sus manos, lo hojea, lee algunas frases sueltas y lo vuelve a hojear. Levanta la vista y por un instante, el viaje se detiene, nos quedamos mirándonos en un segundo mas allá del tiempo y del espacio.
El tren desaparece, la niebla se evapora, la estación ya no existe, estamos parados frente a frente y el sostiene mi tesoro en sus manitos.
Te olvidaste esto - me dice, inocente.
No, no me lo olvide - contesto - te lo deje de regalo, como alguna vez alguien me lo regalo a mi.
No entiendo - me mira confundido - Acá hay mucho, mucha gente, mucho tiempo, pero sobre todo, estas vos. Esto es vos.
Ya no - le digo mientras me alejo, incapaz de seguir mirándolo - Ahora, es tuyo. Tuyo para que hagas lo que quieras con el.
La realidad material gana control nuevamente. Me devuelve al cálido interior del gusano que me aleja de mi vida, hacia un destino sin nombre.
Pero ahora es distinto.
El viaje, el destino, lo que deje abandonado en la estación, tienen un nuevo significado, una nueva razón de ser.
Ahora si puedo enfrentarlo todo con despreocupación, casi diría con alegría aunque eso seria exagerar. Que importa que yo me pierda y me haga uno con la niebla? Que importa que nunca mas vuelva a sangrar mi alma en una hoja?
Durante el resto del viaje, una imagen sesgada me alienta. El ultimo recuerdo de la estación abandonada. Lo ultimo que vi antes de desaparecer.
El abría mi libro y con mano torpe empezaba a recorrer sus renglones.
Tal vez sea cierto que todo final es un principio.

3 comentarios:

Florencia dijo...

Seguramente es cierto que cada final es un principio. Sin embargo, el transito que hay "entre" el fin y el nuevo cominezo lleva sangre, lágrimas y dolor.
Supiste pintar un hermoso cuadro, aplaudo esas frases hermosas en las que describis como vas guardando los momentos, las personas, las voces... Acariciando cada uno de ellos! Quién no se sientió así alguna vez?
No me importa si al resto del mundo no le gusta como escribís, te pido que no dejes de hacerlo porque soy una egoísta de mierda a la que le encanta leerte.

Artífice dijo...

Creo que el texto es tan real que parece una ilusion. Realmente lograste que el lector se encarne en aquel sujeto que ve un mundo tan existente, de esa manera y sobre todo tan peculiar. Creo que es lo que todos hacemos cuando nos estamos yendo.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Al leer estas palabras, reflejás lo q se siente en una pérdida que duele en el alma, que destruye el corazón.. lo q verdaderamente se siente por ejemplo cuando se deja un amor atrás, es allí cuando hay q emprender este viaje q mencionas. Te felicito!